lunes, 12 de julio de 2010

Piedra libre para el Software!


En la presente entrada plantearé algunos puntos que considero como ventajas que la enseñanza y uso del software libre aportarían a la educación. Las señales que observamos en el contexto actual parecen mostrarnos que en mayor o menor tiempo “la computadora pasara a formar parte del herramental educativo” (Heinz, 2006): el desarrollo de planes para incorporarla (Plan Ceibal en Uruguay, Plan Conectar Igualdad en Argentina, diferentes planes provinciales y municipales, etc.), el contexto actual de la Sociedad de la Información y los numerosos trabajos alrededor del eje TIC-educación muestran el interés y preocupación acera de este tema.
Hemos visto en anteriores posteos la necesidad de cambios en las estructuras tradicionales educativas, de cambios en los roles de docentes y alumnos y de cambios en los modos de enseñanza-aprendizaje para lograr una adecuada incorporación de las TIC a la educación. Considero indispensable para esta incorporación la inclusión de la enseñanza y usos del software libre.
La primer ventaja que salta a la vista es la de liberar a la escuela de la dependencia tecnológica a una determinada empresa privada, lo que ata a la escuela a realizar una inversión para así contar con las licencias y derechos de uso para utilizar esos programas y contenidos: “actualmente, asistimos a un fuerte desarrollo del software libre, lo que sin dudad facilitará la expansión de la tecnología en las escuelas (…) con independencia de que tanto el copyright como las licencias solucionen la parte relativa a la cesión de uso” (Benito, 2009). Por su parte, el Software Libre puede copiarse y distribuirse legalmente, garantizando acceso igualitario a todas las personas. “En las escuelas trabajamos sin presupuesto, con equipos casi obsoletos y sin apoyo de quién debería darlo, nos encontramos ante la imposibilidad de comprar software para que nuestros alumnos no sean analfabetos (informáticamente hablando) en la era de la informática y las comunicaciones” (Díaz, 2007). Como señala Heinz, las escuelas suelen optar por copias falsificadas para librarse de estos derechos de propiedad, lo que genera un mensaje a los alumnos que puede ser cuestionable. El software libre sacaría a la escuela de esta disyuntiva: “hay una enorme colección de programas libres que pueden ser usados para infinidad de aplicaciones (…) sin compras, licitaciones, acuerdos de confidencialidad, ni compromiso de evitar que los estudiantes copien los programas” (Heinz, 2006) El software libre aparece disponible para todos gratis o a un costo mucho menor, para usarlo sin ataduras y esquivando el transformarse en guardianes de los intereses de empresas privadas.
Otro punto relacionado a lo que se viene comentando aparece en cuanto a la aceptación de donaciones de equipamiento por parte de grandes empresas privadas que dominan el mercado. Ante esta cuestión el gobierno debe tener una atenta mirada, ya que dicha donación de equipos puede entrañar una acentuación de la dependencia tecnológica respecto al software, como ser los programas operativos (DOS y Windows, por ejemplo) y programas subsidiarios (paquete Office, por ejemplo). Esto conllevaría el peligro de depender del software que proveen las mismas empresas donantes y el riesgo de que el aprendizaje con la PC se reduzca a la formación de operarios de esos programas.
El aprendizaje del y con el software libre aporta también elementos que influyen en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Siguiendo a la necesidad de un rol del alumno como curioso y crítico que plantea Freire y que marcamos en anteriores entradas, el software libre encaja en esta conceptualización del estudiante. El software libre permite a los estudiantes aprender a programar, a través de la posibilidad de acceso al código fuente del programa, les permite generar transformaciones a esos programas y adaptarlos a determinados fines buscados, sin conformarse simplemente con la costumbre del manejo de un determinado software. El aprendizaje con software libre se hace, justamente, mas libre, acentuando las características del alumno que se presenta ante lo que aprende con espíritu curioso y crítico, a diferencia de un alumno que se “entrena” en el uso de una determinada aplicación o sistema. Esta puerta que abre el software libre debe aprovecharse: “No todos los estudiantes desean convertirse en programadores, de la misma manera que pocos de ellos se dedicaran a la literatura, o a la matemática, la pintura o la música. Aun así, parte de la misión de la escuela es exponer a los niños a estas artes, para estimular su curiosidad (…) el software no debe quedar al margen de este llamado a la curiosidad: cada vez que un estudiante desea aprender como funcionan los programas, la escuela debe alentarlo y apoyarlo en esa inquietud” (Heinz, 2006). El conocer lo más interno, los “engranajes” que hacen funcionar al software, aparece como un elemento clave a la hora de vislumbrar un alumno crítico, curioso y creador ante las TIC, como el que plantea Freire
Un último punto de relevancia a marcar esta en el hecho de acentuar el trabajo colaborativo y solidario que entraña el empleo del software libre en educación. El software libre se desarrolla en función del aporte de numerosas personas que colaboran en su desarrollo. Así, el alumno podrá contar con la colaboración del docente y los compañeros, pero también con una inmensa cantidad de personas a las que quizás nunca conocerá: “Los proyectos de software libre se basan generalmente en la colaboración de cientos de personas en todo el mundo gracias a las ganas de participar y ayudar. Cuando llegamos a este nivel ya no existe una estructura jerárquica que impida el avance del proyecto” (Díaz, 2007). Este espíritu solidario y colaborativo es importante como aprendizaje en si. Desarrollar este tipo de trabajo nos puede hacer pensar en la extensión del mismo a otros ámbitos de la vida social que escapan a la escuela.
Como conclusión de esta entrada me permito tomar una extensa cita de Heinz que resume el espíritu de lo que he querido transmitir con este escrito:
“Hay quienes creen que el rol de la escuela es formar para el trabajo y la universidad. Si esto es así, si la misión de la escuela es entrenar trabajadores sumisos y baratos para mejorar la rentabilidad de las empresas, entonces no importa qué software usemos. Pero si la idea es educar a ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y responsabilidades, capaces de cuestionar la verdad establecida, de apreciar el arte, de imaginar el mundo que desean y aportar a su concreción, entonces es ineludible usar Software Libre: programas que los estudiantes y educadores pueden usar, estudiar, modificar y distribuir a su antojo (…) Una escuela que usa software en el aula, necesita Software Libre. Lo necesita por respeto a sus estudiantes, para no coartar su libertad de aprender, para alentar su curiosidad, para fomentar su creatividad, para permitirles hacer suya una forma de expresión cultural esencial de su época. Para entrenar, cualquier programa sirve. Para educar, sólo Software Libre” (Heinz, 2006).



Fuentes:

Benito, Miguel (2009) “Desafíos pedagógicos de la escuela virtual. Las TIC y los nuevos paradigmas educativos” ·En Telos nº 78

Díaz, Idalo Pablo (2007), "Software libre y educación", posibilidades, ventajas y otras cosas..., Disponible en Internet: http://www.cignux.org.ar/pablo.htm

Heinz, Federico (2006) “¿Qué tiene que ver Software Libre con educación?” Fundación Vía Libre.

Freire, Paulo (2003/2008): "La práctica de la pedagogía crítica" y "Elementos de la situación educativa" en El grito manso. Buenos Aires: Siglo XXI

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